Autor: Ing. Francisco Guerrero Castro fco.guerrero@codetel.net.do INDICE
Es una meta preconcebida que sugiere una actividad ordenada para alcanzarla. El FIN como resultado previsto da sentido y dirección a la actividad educativa. Tener FINES significa actuar en determinada dirección hacia una meta prefijada. Un determinado FIN sugiere orden, metas, objetivos y propósitos, por tanto, cuando tenemos fines queremos resultados esperados. Los FINES se basan en un esquema cuyo resultados son deseados. Es una meta abstracta que pertenece al mundo de los valores constituyendo un ideal que se pretende realizar.
Es cuando se comienza a implementar el procedimiento establecido en los fines y se desarrollan hasta alcanzar los logros finales lo cual es un objetivo que se supone se tenía preestablecido. Es el accionar paso a paso entre FINES y OBJETIVO. Si las METAS descritas en los FINES no se logran no se puede obtener el OBJETIVO final. Concepto de Objetivos: Son los resultados esperados. Son consecuencia de los FINES y METAS. Pertenece al mundo de los bienes, o sea, algo concreto, diferente a los FINES. Concepto de Propósitos: Es aquel que esta sujeto íntimamente a la persona y constituyen una actitud mental muy personal que agrupa un conjunto OBJETIVOS o deseos. El propósito es también subjetivo. Los propósitos son los objetivos convertidos en metas. Este concepto es muy parecido al de FINES. 2. Los fines, eternos o universales Son universales. El mercado nos otorga libertad, en primer término, ya que es ajeno a cualquier coerción directa en el consumo o en la producción. Para poder obtener dentro de él algún bien o servicio es condición necesaria, pero no suficiente, que así lo queramos. En él tenemos todo lo que queremos, pero sólo lo que queremos y no estamos obligados a aceptar nada que no queramos (en las circunstancias dadas). Como institución, es por entero insensible a las necesidades reales de las personas, si no se presentan en forma de demanda efectiva, es decir, si no van asociadas a la correspondiente capacidad adquisitiva. El Estado nos asegura, ante todo, igualdad, ya que distribuye bienes y servicios de acuerdo con criterios objetivos que han ido pasando progresivamente de categoriales a universales. Pero sus provisiones son, a la vez, imposiciones entre las cuales raramente podemos elegir y frente a las cuales, a menudo, ni siquiera podemos decir no. Tiene, por decirlo de algún modo, una notable tendencia a suministrar lo que nadie ha pedido, o a hacerlo con unas características finales que apenas guardan semejanza con las de la solicitud inicial. Es decir, no es posible configurar una escala rígida, estable e inmutable de valores, porque eso conlleva el hacerlo en abstracto; y en ese caso no hay supeditación, ni órdenes, ni jerarquía. En cambio, cuando se trata de elegir, cuando los valores son instrumentales, por imperio de las situaciones, hay ordenación y jerarquización, ya que el valor instrumental es aquel que se relaciona, como medio, a un fin o valor superior en aquella ocasión. Si las comparaciones, si el más y el menos fueran imposibles operativa y existencialmente, no podríamos elegir; hacer una elección es jerarquizar y supeditar unos valores a otros. En una palabra, no hay jerarquización ni escala en los valores intrínsecos; sí en los extrínsecos o experimentales; pero la jerarquización es circunstancial y momentánea, vigente sólo para el marco referencial determinado. Un ejemplo extraído del mismo Dewey aclara su modo de concebir este problema. Si un hombre está bien alimentado, es posible que prefiera la música a la comida; pero si tiene hambre, es natural que prefiera la comida a la música. La jerarquización es inseparable de su doctrina sobre la relatividad y mutabilidad de los valores, porque la estima, el aprecio y el gusto no son eternos como los bienes en la filosofía aristotélica. Esta frase lo sintetiza todo: "Ninguna clasificación puede tener más validez que provisional" aunque haya aparentemente una contradicción con esta obra: "Es naturalmente posible clasificar de un modo general las diversas fases valiosas de la vida". Esta clasificación sólo es válida operativamente, "para dar flexibilidad y amplitud a la empresa de la educación; pero constituye un grave error considerar estos valores como fines últimos a los cuales están subordinadas las satisfacciones concretas de las experiencias". Los valores intrínsecos fijos no existen; son únicamente "generalizaciones más o menos adecuadas de bienes concretos". Hay de por medio otro hondo problema filosófico: el calificado como "problema de los universales" a lo largo de la historia de la filosofía, pues los términos abstractos con que se quieren expresar los valores son "resumen de una multitud de particularidades". Y esos términos abstractos mucho menos pueden erigirse en normas o criterios de valoración, porque se incurrirá en el círculo vicioso de juzgar las situaciones concretas por unas generalizaciones sacadas de casos particulares. En el caso de la educación, el intento de establecer una escala jerarquizada fija de valores produciría una desintegración de la educación misma, porque se habría hecho, en esas circunstancias, un inventario de determinado número de valores y se habría asignado una cantidad de valor a cada quehacer escolar, lo que descompondría un proceso que es, de suyo, unitario. En la cosmovisión evolucionista, las culturas y las épocas históricas han legado un depósito concreto y específico, que viene a ser como un estrato geológico en la filogénesis de la humanidad. Ese legado ha configurado un tipo concreto de escuela, válida únicamente para esa coyuntura. Y sólo de las peripecias históricas y culturales puede surgir "el esquema de valores y normas de valor que hemos mencionado. Los diversos valores sólo se relacionan externa e incidentalmente: "Todos ellos juntos constituyen la totalidad de la vida sólo por yuxtaposición y adición". Subrayémoslo bien; la jerarquización de los valores intrínsecos es imposible y la de los valores instrumentales es sólo una yuxtaposición y adición, un asocionismo axiológico, por razón diacrónica o espacial.
3. Clasificación de los fines de la educación. Me gustó el FIN VITAL de Lorenzo Luzuriaga comentado por Luis A. Lemus en su obra Pedagogía, Temas Fundamentales, porque en él se resume a todo lo que se pueda aspirar. Como creyente lo seleccioné porque en su definición de los FINES DE LA EDUCACION se puede lograr la formación integral inspirada en los valores del Evangelio y en los Derechos Humanos que posibilite la vivencia de un compromiso cristiano y responda a las necesidades históricas en las cuales se encierra la respuesta al futuro. Los fines de la educación son proporcionar a hombres y mujeres un mínimo de habilidades que necesitan y que les asegure una capacitación laboral que les permita abastecer sus necesidades; despertar interés y gusto por el conocimiento; hacerlos capaces de criticar; ponerlos en contacto con las realizaciones culturales y morales de la humanidad y enseñarles a apreciarlas. No se puede dejar de mencionar a Hubert y mas cuando en la definición de FINES DE LA EDUCACION los autores coinciden en muchos aspectos. Las definiciones son amplias abarcando grandes temas de interés que obligatoriamente derivan en otros secundarios. La formación en la fraternidad y la solidaridad que lleven a escuchar el clamor de los pobres y a un compromiso gradual con la transformación de la realidad social, como signos de una educación en la fe que fructifique en obras de justicia son objetivos apreciables en la educación. El desarrollo de actitudes democráticas mediante acciones y prácticas que hagan posible la participación, la responsabilidad y la autonomía como verdaderos ciudadanos. El pleno desarrollo de la personalidad y de la capacidad de asumir con responsabilidad y autonomía los derechos y deberes. El conocimiento de sí mismo, el fortalecimiento de la autoestima, la construcción de la identidad sexual, la adecuada expresión de la afectividad y el ejercicio del respeto mutuo, para el logro de una personalidad integrada que posibilite una convivencia armónica y responsable. La motivación por un estudio serio, responsable, creativo e innovador, como medio eficaz en la construcción del conocimiento y en la búsqueda del saber. El conocimiento y valoración de las raíces y tradiciones culturales como elementos constitutivos y orientadores en la búsqueda de la Identidad Nacional. El estímulo de la pasión por el conocimiento y la investigación a partir de las estructuras y actividades de los procesos pedagógicos. La capacitación para asimilar y humanizar los avances de la ciencia, de la tecnología y la profusión de diferentes medios de comunicación. El despertar sentimientos de admiración, respeto y valoración por la naturaleza como expresión de vida, para lograr una conciencia ecológica que se exprese en el uso racional de los recursos naturales. La educación de la sensibilidad que posibilite captar la belleza en las manifestaciones sorprendentes de la vida, maravillarse ante ellas y expresarla creativamente con sentido artístico. La formación para el cuidado de la salud, recreación, el deporte y la utilización adecuada del tiempo libre. La valoración del estudio y del trabajo como fundamento de realización personal y social. El desarrollo de la creatividad, de la capacidad de análisis y el sentido crítico por medio de espacios y actividades que estimulen y favorezcan estas dimensiones. La toma de conciencia de que la familia es el espacio vital para que la alumna pueda crecer en sus dimensiones biológica, afectiva, social y trascendente. Peters: "El ser educado implica el dominio de ciertas prácticas, el conocimiento y la comprensión de principios. Para que este ideal se concrete, es necesario aprender una gran cantidad de cosas diferentes. En consecuencia, es lógico que comencemos a considerar la existencia de más de un proceso educacional" (El concepto de la educación, 1969). Los procesos educacionales son: "el entrenamiento, la instrucción y aprendizaje por medio de la experiencia, la enseñanza y el aprendizaje de principios, la transmisión del pensamiento crítico, la conservación y el hombre total" Segundo: teniendo en cuenta lo anterior se ha tendido a distinguir cuidadosamente entre la hipótesis, por un lado, y por otro, el principio, la ley, el fundamento, la causa, el postulado, la teoría, la síntesis, etc.. Las razones más usuales, en favor de esta distinción, son las siguientes: mientras la hipótesis (del griego hypothesis = base, suposición, hipótesis) es una anticipación de hechos ulteriormente comprobables; el principio (del latín principium = principio, aquello de donde procede algo; el concepto de principio es más amplio que el de causa) es un fundamento axiomático; el fundamento es un principio real; la causa es un antecedente invariable; la síntesis es una generalización inductiva; y la teoría (del griego theoría = visión, contemplación, especulación) es una síntesis de leyes. La investigación no puede partir de la percepción de lo particular sino más bien "de las generalidades confusas del sentido común" para observar los casos particulares y volver en lo posible a otra generalidad, pero racional y ordenada. "Lejos de oponer inducción y deducción, que juegan un papel esencial en el método experimental", declara que "toda filosofía natural sólida y fructuosa emplea una doble escalera, a saber, la escalera ascendente y la escalera descendente; una que sube de la experiencia a los axiomas (principios), otra que desciende de los axiomas a los nuevos inventos" (Novum Organum). La inducción no es un razonamiento riguroso (a diferencia de la deducción), pero es el principio de todos los descubrimientos. En el esquema clásico del método científico, expuesto por Juan Stuart Mill (1806-1873) autor de "Principios de Economía Política", la inducción corresponde al segundo momento de la investigación, o sea que sigue la "observación" y permite el tránsito de ésta a la enunciación de una "ley". El tercer momento de la investigación corresponde a la "verificación" experimental. La primera etapa que cubrirá Arsitóteles en sus estudios consistirá en indagar las partes y principios que constituyen una realidad, identificar su naturaleza y sus cualidades. En la segunda etapa intentará explicar el comportamiento observado a partir de los constituyentes recién descubiertos,. Hay, pues, un doble proceso: un primer momento de inducción y un segundo momento de deducción con un objetivo último: La explicación científica debía ser capaz de presentar cualquier fenómeno observado como consecuencia directa de las formas universales halladas en la inducción de la primera etapa.
5. Análisis crítico de los fines y principios de la educación Antes de entrar en un análisis crítico debemos definir los FINES Y PRINCIPIOS DE LA EDUCACION DOMINICANA. Son FINES del sistema educativo nacional dominicano:
Son PRINCIPIOS del sistema educativo nacional dominicano:
Análisis crítico: De todo lo anterior y de otros aspectos leídos se puede concluir lo siguiente:
Una de las metas de la educación es el desarrollo óptimo de las potencialidades del hombre, por lo tanto ésta debe fortalecer cada uno de los aspectos que forman al hombre para convertirlo en un ser autónomo y libre capaz de tomar sus propias decisiones; para el logro de éste óptimo desarrollo, la educación debe de tener unos lineamientos o fines que lo favorezcan teniendo en cuenta el medio sociocultural en el cual se desenvuelve y las necesidades y prioridades de la sociedad de la cual hace parte. Pero el hombre es libre cuando lo es económicamente también y el sistema que poseemos de subyugación económica no es el ideal para que se desarrollen en nuestra población ni siquiera en un nivel aceptable las metas educativas propuestas. Nyerere (1982) afirma "que la finalidad de la educación es la liberación del hombre de las trabas y limitaciones de la ignorancia y la dependencia". La educación exige que el hombre sea sujeto activo y asuma por sí mismo las ideas y valores que más convengan a su formación como persona, pero durante el desarrollo de este trabajo he determinado que si no se es libre en lo económico no se puede ser libre de ninguna manera. Toda práctica educativa, METAS, estará encaminada entonces, a desalinear al individuo y a buscar una liberación social. El dominicano de hoy con la educación institucional que reciba no está en condiciones de cumplir las funciones que le exige la sociedad, se debe educar al hombre para un mundo en constante cambio, logre adaptarse continuamente a las nuevas circunstancias que se le presentan lo que es difícil Tarea fundamental es, tanto de las personas vinculadas en el sector educativo, padres de familia y sociedad en general fomentar y conocer dichos fines, para hacer de la educación no sólo un proceso de adquisición de conocimientos teóricos, sino, formadora de individuos íntegros forjadores de su propia realidad y transformadores del mundo. Dentro de este desarrollo la comunicación actúa en la transmisión de conocimientos y como medio de socialización, convivencia y guía del alumno en la adquisición de ideas creativas, principios liberadores y habilidades comunicativas; de ésta forma los profesionales de la educación deben ser promotores de una mejor interacción comunicativa entre maestro - alumno - familia - sociedad, creando un ambiente en el que se hable el mismo lenguaje para obtener una respuesta positiva del educando hacia el aprendizaje y hacia una auténtica comunicación, pilar fundamental en todo proceso educativo. De no hacerlo a la República sólo le queda el camino de la pobreza eterna. Yo no soy pesimista, pero la realidad esta latente.
6. Establece una comparación entre los fines de la educación dominicana, los fines de la educación superior en la República Dominicana y el fin de la Universidad Católica Santo Domingo y escribir conclusiones al respecto. Vamos a definir primero los principios y fines de la educación dominicana, del CONES y de la UCSD. 1. Fines de la educación dominicana: Entre los principios y fines que persigue la legislación en cuanto a la educación dominicana se refiere, son los articulos 4 y 5 de dicha ley quien lo define:
Fines de la educación del CONES: Entre los principios y fines que persigue el CONES en cuanto a la educación dominicana se refiere, son los artículos 5 y 6 de dicha ley quien lo define: Formar
personas críticas y democráticas, identificadas con los
valores nacionales y de solidaridad internacional, capaces de participar
eficazmente en las transformaciones sociales, económicas, culturales
y políticas del país. Entre los principios y fines que persigue la UCSD en cuanto a la educación dominicana se refiere, tenemos: Contribuir al incremento de la cultura superior y a una promoción más plena de la persona humana mediante la ardiente búsqueda de la verdad y su transmisión desinteresada a los jóvenes y a todos aquellos que aprenden a razonar con rigor, para obrar con rectitud y para servir mejor a la sociedad, de manera que lleguen a ser hombres y mujeres insignes por el saber, preparados para desempeñar funciones de responsabilidad en la sociedad y para testificar su fe ante el mundo. Como forma de contribuir al desarrollo de la personalidad cristiana y al avance social, económico, cultural y político de la sociedad dominicana, la Universidad Católica Santo Domingo se propone alcanzar los siguientes objetivos:
Los fines de la educación dominicana garantizan el derecho a la educación de los dominicanos por parte del Estado Dominicano, pero no definen claramente los instrumentos a utilizar para desarrollarla y lograr objetivos preestablecidos o fines. No define lo que debería ser una educación superior y el vehículo para llegar a ella. No posee metas definidas. Los fines del CONES quien es un elemento regulador dice que participa "activamente en los esfuerzos por el desarrollo nacional integral, formando los técnicos, profesionales y científicos en las diversas áreas del conocimiento requeridos por el país, y asistir directamente a su población mediante actividades de extensión y servicios especializados", pero sucede que el CONES no es una institución educativa y las instituciones de educación superior de República Dominicana no tienen HOMOGENEIDAD en sus reglamentos y Estatutos. Los FINES del CONES al generalizar sobre la materia quedan mucho menos definidos que los reglamentos y estatutos de las instituciones educativas. Así vemos como los FINES de estas son más definidos y dirigidos hacia un objetivo concreto. Veamos los FINES de la UCSD: En cuanto a los FINES de la UCSD han de procurarse tanto por la investigación como por la docencia. La Universidad es lugar de vida intelectual, centro de estudios superiores, la investigación es esencial en ella; tanto la que en cierto sentido tiene su fin en sí misma como la que debe integrar la docencia. La docencia no es mera transmisión de conocimientos, sino la acción del maestro que, en posesión de cierto saber, coadyuva para que el alumno, mediante su propia actividad, llegue él también a poseerlo. La docencia deberá iniciar práctica y naturalmente al estudiante en esa forma de actividad intelectual. La Universidad Católica Santo Domingo debe pensarse como una unidad viva de organismos dedicados a la investigación de la verdad, de toda la verdad acerca de la naturaleza, del hombre y de Dios, con los métodos propios de cada disciplina académica, estableciendo después un diálogo entre las diversas disciplinas (interdisciplinariedad) para promover una síntesis superior del saber. Más aún: guiados por las aportaciones de la filosofía y de la teología, investigadores, docentes y estudiantes, se esforzarán constantemente en determinar el lugar correspondiente y el sentido de cada una de las diversas disciplinas en el marco de una visión de la persona humana y del mundo iluminada por el Evangelio. En su esfuerzo por ofrecer una respuesta a los complejos problemas que atañen a tantos aspectos de la vida humana y de la sociedad, la Universidad insistirá en la cooperación entre las diversas disciplinas académicas, las cuales ofrecen su propia contribución específica a la búsqueda de soluciones. El mejor medio para una excelente enseñanza es la investigación. La cultura debe orientarse a la íntegra perfección de la persona humana, al bien de la comunidad y de la sociedad entera. La cultura, por tener su origen inmediato en la índole racional y social del hombre, requiere constantemente una justa libertad para desarrollarse y una legítima facultad de obrar, según su derecho y sus propios principios. Solo con leer ese párrafo nos damos cuenta que los FINES de la Universidad Católica Santo Domingo, UCSD, son más consistentes. La UCSD describe su filosofía institucional en sus principales documentos, a saber:
En el Marco Ideológico se afirma que: "...los documentos pastorales de la Iglesia (vaticano II, Medellín y Puebla), exhortan a sus fieles a la creación de centros de enseñanzas para el estudio de todas las ciencias a la luz de la fe y a proyectar el evangelio a la cultura de todos los pueblos...". Plantea también, que la filosofía educativa de la universidad se basa "...en el principio del desarrollo integral de la persona humana según la fe católica..". En el Estatuto Orgánico, se establecen los fines, objetivos y principios que sustentan la UCSD. De dichos estatutos son extraídos los fines, que en síntesis son:
Los fines se enmarcan en la filosofía institucional de las universidades católicas, enunciando en la Constitución Apostólica...: "fin de las universidades es formar a todos los estudiantes de manera que lleguen a ser hombres insignes por el saber, preparados, para desempeñar funciones de responsabilidad en la sociedad y a testimoniar su fe ante el mundo". Los objetivos de la universidad, que se orientan a concretizar los planteamientos contenidos en la filosofía de la UCSD, son los siguientes:
Los principios de religiosidad, servicio, formación, apoliticidad, economía y mística que sustentan la filosofía institucional, están dirigidos a la formación católica de la población y a lograr la "... promoción de una cultura integral, que atienda el desenvolvimiento completo de la persona humana, dirigiéndose, de modo desinteresado y genuino al bien de la sociedad". En general, la creación de la UCSD se inserta en líneas específicas trazadas por la Iglesia Católica a través de sus documentos pastorales. Los principios que sostienen la filosofía institucional son coherentes con los fines y con sus objetivos. La misión, fines, objetivos y principios de la Universidad Católica Santo Domingo, son coherentes entre sí y, además, se enmarcan en el contenido filosófico de la Constitución Apostólica sobre las Universidades Católicas del Sumo Pontífice Juan Pablo II. En conclusión se puede decir que hacen falta metas específicas definidas para lograr los objetivos que se desean y que los fines, metas y objetivos deben de detallarse de acuerdo a lo que se quiera como resultado final. La mayoría de las veces los instrumentos reguladores como las leyes sustantivas constitucionales dominicanas y las del CONES son genéricas y no poseen un objetivo definido. El CONES sugiere pero no determinar si las ejecutorias de las universidades e institutos de la educación superior favorecen la tendencia hacia el cumplimiento de las misiones y objetivos institucionales. El CONES no determina el nivel de desarrollo institucional en relación con los criterios y parámetros establecidos por sus reglamentos y disposiciones y tampoco estimula la auto-evaluación institucional como un medio para la superación continua de las universidades e institutos de educación superior por lo que cada institución debe velar por el cumplimiento de las fines que se propone y sus objetivos a largo plazo.
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